domingo, 29 de mayo de 2011

Cap. 2: ¡Carpe Diem!

Cap. 2: Carpe diem!


Me despertó el sonido del vibrador de mi teléfono móvil, e hice un esfuerzo sobrenatural para sacar los pies fuera del calorcito de mi colcha. Los apoyé sobre el suelo y un escalofrío me recorrió la espalda. Abrí la tapa del móvil. Un mensaje de texto. Noelia. Mierda, Leo me había dicho que le ocurría algo y yo no había hecho ni por preguntar. Menuda amiga. Marqué su número y pulsé el botón de llamada, la voz de Noelia me respondió al otro lado del auricular.
-¿Eva? Te he estado llamando toda la tarde.
-Ya lo sé, aquí me tienes, ¿qué es lo que te ocurre?
La única respuesta que obtuve fue un acallado sollozo. No me lo podía creer. ¿Noe llorando? no podía ser. Ella era la fuerte del grupo, la que te cedía un hombro y la que te ayudaba cuando algo te iba mal. Fuera lo que fuese. Ella estaba ahí. Ese tipo de cosas encajaba perfectamente con su personalidad. Segura y decidida. Reaccioné tratando de calmarla.
-Noe, escúchame, ¿qué ha pasado?
-E... no puedo contártelo así como así... ¿podríais acercaros a mi casa? quiero decir, Leo y tú.
Medite mis posibilidades. ¿Qué le iba a decir? Por muy mal que me hubiese dejado el haber visto de nuevo a Sergio yo había tenido tres meses y su ayuda para superarlo. Ahora me tocaba a mí ofrecérsela.
-Por supuesto, ya voy. Dame media hora. En cambio Leo... no creo que la veamos aparecer, está con alguien. Avísala de todos modos.
-Gracias Eva.
Se cortó el teléfono. Me metí en la ducha y me lavé el pelo lo más rápido que pude, siempre repitiéndome a mi misma que Noelia me estaba esperando. Baje las escaleras y cerré la puerta sin hacer ruido para no despertar a mi madre. Para una vez que podía dormir tranquila no la iba a despertar.

Noelia Casado estaba tirada en el sofá. Literalmente. Tenía el móvil sujeto en la mano y ya lo llamaba simplemente por acto reflejo. Ya sabía lo que iba a escuchar. Estaba apagado o fuera de cobertura. No solía ser controladora con lo que hacía, pero hasta en las mejores parejas se encendía la llama de la duda. Llamaron a la puerta.

El ascensor estaba roto, y como siempre había tenido que subir seis pisos a pie. Algo horrible. Llamé al timbre y una Noe decaída abrió la puerta. Iba arrastrando los pies, y tenía los ojos hinchados por el llanto, aunque era evidente que había intentado arreglarse, al parecer no había obtenido un gran éxito.
-Hola, pasa.
Su voz de camionero también daba otra clara idea sobre lo que había estado haciendo durante las últimas horas. Entré y me senté en el sofá dispuesta a hacer mejorar la situación, pero se me escapaba de las manos. Noelia ya estaba llorando y aun no había dicho ni una sola palabra.
-Para, para, Noe. ¿Qué ocurre?
Entre sollozo y sollozo alcanzó a balbucear.
-Es... es... él.
De modo que era “él”. Su novio, llevaban juntos casi tres años y parecían un auténtico matrimonio. Todo tan  formal... Eran completamente independientes, y su relación no era una novedad para nadie. Sus padres se conocían en incluso salían todos juntos a cenar. Algo fuera de lo común. Habían crecido y madurado juntos, él había sido su primer chico y ella juraba que también sería el último.
Intenté sacarle algo más pero sin presionar, para que no se volviera a venir abajo.
-Habéis... ¿roto?
Pronuncié la última palabra tímidamente, con miedo a escuchar su reacción.
-¡No! No es eso,-parecía que la simple idea la aterraba- es sólo que me parece que hay... más.
No pudo decir más, el timbre volvió a sonar y Leo apareció en la puerta. Entró resueltamente. Su cara recordaba a algo a punto de explotar. Tendría un millón y medio de preguntas por hacer.
-¿Y bien?- dijo -¿qué es lo que me he perdido?
-Pregúntale a ella, yo aún no he averiguado mucho.
Los ojos de Leo se posaron sobre Noelia esta vez. Ésta le sostuvo la mirada y nos dijo.
-No se muy bien, pero creo que hay alguien más. Llevo notándolo raro mucho tiempo y últimamente he ejercido mis labores como detective. Estoy prácticamente segura.
No supe como reaccionar; pero Leo sí. Soltó una carcajada. Noe y yo nos quedamos mirándola, buscando una explicación a su repentino cambio de humor. Ella se encogió de hombros y nos volvió a dar una muestra de su filosofía de vida.
-Noe, ya te lo he dicho millones de veces, ¡miles de millones de ellas! pero nunca has querido escucharme. Todos quieren lo mismo, sin excepción. S.E.X.O. Tú no quieres dárselo. Él busca otra. Simple. Eficaz. Es ley de vida, yo hubiese hecho lo mismo. Joder tía ¿qué edad tiene? ¿Diecisiete? Es normal que el chico tenga ganas. ¡Por Dios santo lleváis tres años juntos!
-Leo que llevemos tanto tiempo no significa necesariamente que tengamos que...
Leo volvió a demostrar sus dotes para interrumpir y comenzó a gritar por encima de su amiga.
-¡Sí Noelia, sí! ¡Sí significa eso! es algo natural, no se por qué te empeñas en montar un drama con todo esto. ¿Virgen hasta el matrimonio? Allá tu, pero recuerda que ya te lo advertí, pero no me harás ni caso y volverás llorando, y entonces, no intentes buscar en mi ningún tipo de comprensión porque ya sabes que él tendrá la razón desde mi punto de vista. ya me conoces. ¡Carpe Diem!
Y dicho esto recogió sus cosas y salió de la habitación. Noelia me miró. Sus ojos pedían un abrazo, no iba  anegarme. La sostuve durante un buen rato. Fue un abrazo silencioso. Bruscamente se separó de mí y murmuró.
-Eva ¿crees que sería capaz? ¿Adrián podría haberme hecho algo así?


3 comentarios:

  1. Hola guapa!
    escribes genial! me gusta un monton
    me encanta tu blog, sin duda te sigo ;)
    pasate si quieres por el mio
    http://lamusicadelnoctambulo.blogspot.com/
    un beso guapa!

    PD: si tienes un momento pasate tambien por el de mi amigo, le haria ilusion tener mas seguidores, despues el tambien te seguira ;)
    http://esascosasquemehacenfeliz.blogspot.com/

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  2. ¡NO hacen falta promesas ni seguimientos!
    Muchísimas gracias, y ten por seguro que me paso :)
    GRACIAAAAS (es de mis primeros comentarios y estoy emocionadísima)
    poquito a poco iré subiendo el resto.

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